Apertura del Centenario de Madre Alberta
«El 21 a las cuatro menos seis u ocho minutos de la mañana falleció. —El mismo día se le celebraron 4 misas en el Oratorio y una en el cementerio, la que oyeron 6 Religiosas de esta Comunidad y las de la Casa Noviciado con las Novicias; y presenciaron después unas y otras su entierro. El funeral se celebró el mismo 22. En la Cruz alzada vino el clero Parroquial de la Catedral, pues es nuestra parroquia, y el Cabildo. El oficio lo celebró el Canónigo M. I. Sr. D. Antonio Sancho, asistiéndole de diácono el M. I. Sr. D. Francisco Esteve.»
Y continúa:
«La muerte de la Madre Alberta—como diez años antes la supresión de la Normal — dio unanimidad de sentir a toda Mallorca. Todos cuantos pudieron, acudieron a rendirle por última vez su tributo homenaje. Señoras y caballeros distinguidos se arrodillaban ante su cadáver; y con respeto, con veneración, besábanle la mano. ¡La mano de la Madre!
Telegramas y cartas llegaban de todas partes, trayendo sentimientos de viva adhesión al luto de la Congregación.
Podría hacerse de las cartas de pésame un rico florilegio que sería fiel reflejo del cariño profundo y de la santa veneración que tenían a la Madre todos cuantos la trataron.»
Recogemos la carta que escribió el Obispo de Lérida Dr. D. José Miralles y Sbert a la Superiora General.
El legado de Madre Alberta sigue vivo en la congregación Pureza de María que ella fundó y en todas sus obras que hoy transmiten su carisma y su misión de educar corazones. Madre Alberta, sigue intercediendo por todos tus hijos e hijas desde el Cielo.
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